Recientemente un compañero del coro y colega me invitó a un desayuno organizado por el capítulo Canadá de la organización Business Network International (BNI). Este evento reunió unos 80 profesionales provenientes de una amplia gama de disciplinas. Después del desayuno tuve la oportunidad de hablar con algunos miembros e invitados presentes. Uno de los invitados me comentaba que probablemente algunos, por no decir la mayoría, de mis clientes potenciales, serían empresarios que no necesariamente conocen los pormenores de la industria lingüística, sin mencionar a quienes la conforman.
Tomando en cuenta este punto, decidí desviarme un poco de mi temática usual del blog referida a problemas específicos de traducción, gramática y afines, para escribir una especie de guía introductoria para que las personas de negocio comunes comprendan mejor quiénes somos y lo qué hacemos.
¿Quiénes son los «profesionales de servicios lingüísticos»?
Para algunos, el término citado puede lucir extraño. No hay nada que temer: son profesionales que trabajan con… idiomas. Estos profesionales pueden ser traductores, editores, revisores, correctores de pruebas, intérpretes, escritores, terminólogos, profesores… Aún cuando todos trabajamos prestando servicios lingüísticos, no necesariamente lo hacemos en base a los mismos documentos o idiomas. Dependiendo del trabajo que hacemos, las expectativas que los clientes, las empresas, los colegas y los jefes tienen son ligeramente, o en algunos casos extremadamente, diferentes. Como muchos otros profesionales, quienes trabajamos en la industria lingüística somos remunerados, pero no siempre recibimos los mismos salarios anuales o quincenales.
¿Qué hacen los profesionales de servicios lingüísticos?
La respuesta a la anterior pregunta variará dependiendo del tipo de trabajo que cada profesional realice. Antes de examinar cada vertiente de la carrera, debo aclarar una idea equivocada que con frecuencia escucho en círculos ajenos a la profesión: los traductores ¡no son intérpretes! Si bien ambas trayectorias profesionales son semejantes, las tareas son distintas.
Los traductores comunican un mensaje escrito de un idioma a otro. Se apoyan en una variedad de recursos que, en parte, incluyen diccionarios, enciclopedias, páginas Web terminológicas, libros y periódicos. Ya que los traductores trabajan con la palabra escrita, deben considerar el contexto en cada uno de sus documentos para asegurarse que los términos, los conceptos y las expresiones en el texto de partida (el idioma original) se transmiten de manera efectiva al texto de llegada (el idioma hacia el cual el texto será traducido).
Los intérpretes comunican un mensaje oral de un idioma a otro. Son las personas que a menudo se ven o se escuchan durante audiencias judiciales, sesiones parlamentarias, entrevistas telefónicas o televisadas, conferencias, etc. Los intérpretes actúan como un «intermediario», por decirlo así, entre varias personas: pacientes y doctores, jueces y litigantes, campesinos y periodistas, profesores y estudiantes, por nombrar solo algunos ejemplos. A diferencia de los traductores, los intérpretes no se basan en fuentes escritas para percibir el contexto, sino que comunican los mensajes a medida que son emitidos al público. Esto quiere decir que deben escuchar con atención y ser capaces de transmitirlos en el otro o los otros idiomas, de forma rápida pero precisa. A veces no hay tiempo o éste es escaso, para determinar si una palabra se adapta mejor que otra al contexto.
Antes de continuar, debo aclarar otra equivocación: ser bilingüe o multilingüe no garantiza que la traducción será buena o que las cualidades del intérprete serán mejores. Se requiere entender cómo funciona el idioma en diversas situaciones. El texto escrito o la palabra hablada pueden estar llenos de matices, expresiones idiomáticas, alusiones, juegos de palabras, etc. Es importante entender qué significan esos aspectos y cómo pueden transmitirse adecuadamente en los idiomas de llegada. Lamentablemente, muchas personas creen que para traducir o interpretar simplemente basta con remplazar palabras de un idioma al otro. No en balde, después nos preguntamos por qué se encuentran tantas malas traducciones e interpretaciones en Google o en los medios de comunicación…
¿Existen otros profesionales de servicios lingüísticos, además de los traductores e intérpretes?
¡Claro que sí! Como en el caso de los traductores, los escritores abundan y se especializan en muchos tipos de escritura, tales como la escritura técnica, creativa, profesional, periodística, etc. Debido a que la escritura prácticamente está presente en todas las disciplinas, no es de extrañar que con frecuencia los escritores estudien comunicación, periodismo, literatura, teatro, biología, por mencionar algunos ejemplos. A diferencia de la traducción o la interpretación, la escritura a menudo solo se lleva a cabo en un idioma. Es importante que el escritor entienda las reglas de escritura en su idioma para escribir de manera clara, concisa y eficaz. Al igual que en la traducción, la ortografía y la gramática cuentan en la escritura. ¡Asegúrese de tener listos un diccionario y unas cuantas guías gramaticales!
Los editores también trabajan con la palabra escrita. Al igual que los escritores, son bastantes y trabajan con una serie de publicaciones, ya sean impresas o en línea. Entre éstas se encuentran periódicos, revistas, libros, afiches, manuscritos, ensayos… Leer es una parte importante del proceso de edición, a fin de que los editores puedan detectar errores de ortografía, gramática y sintaxis, así como hacer sugerencias para mejorar la estructura global de los textos. En el caso de textos monolingües, la edición puede realizarse en papel o en un procesador de palabras como Word. Mientras que en textos traducidos a otros idiomas, la edición puede realizarse en uno o varios idiomas.
Los revisores son básicamente editores. Identifican errores de ortografía, gramática y sintaxis, y hacen cambios para mejorar el texto. También buscan inconsistencias evidentes tales como abreviaturas erradas, uso incorrecto de mayúsculas, formato de fuente equivocado (por ejemplo caracteres en cursiva en lugar de imprenta), números escritos en letras en lugar de cifras… Son aquellos que habitualmente trabajan en medios de comunicación impresos, pero también pueden hacerlo en editoriales, oficinas, etc.
En sentido estricto, los correctores de pruebas no realizan tareas de edición como los editores o los revisores. Son generalmente los profesionales que le dan un vistazo al proyecto terminado y se aseguran de que no se haya pasado ningún error importante (por ejemplo, caracteres errados o formato de párrafo incorrecto…).
¿Alguna vez se ha preguntado qué significa una palabra en un determinado contexto? ¿Le gusta descubrir las ideas que rodean una palabra? Si es así, tal vez una carrera como terminólogo pueda interesarle. Los terminólogos se especializan en investigar los conceptos relacionados con las palabras. Recopilan, analizan y registran datos que se usan para crear conceptos de términos en una disciplina específica. También pueden establecer una definición asociada con un término en un contexto en particular.
Los terminólogos trabajan en una variedad de campos. En cada uno, deben determinar el vocabulario apropiado a ser usado, proporcionar términos equivalentes, crear archivos, consultar fuentes para definiciones existentes y nuevas, crear bases de datos terminológicas, y preparar glosarios monolingües, bilingües o multilingües.
Normalmente, los terminólogos trabajan para la administración pública o para compañías privadas.
Por último, aunque no por ello menos importantes, los profesores hacen lo que mejor saben: ¡enseñan! Dado el interés que tantas personas tienen de aprender nuevos idiomas, los profesores de idiomas son omnipresentes: se les puede encontrar en escuelas, lugares de trabajo, centros comunitarios… Algunos trabajan como tutores privados, otros en el ámbito local o internacional, en especial en países donde la enseñanza de un segundo idioma es requerida.
Este vistazo parcial de las carreras relacionadas con los idiomas le dará una idea de lo que personas como yo hacemos regularmente. Por lo general trabajo por mi cuenta, pero ocasionalmente trabajo con colegas en traducciones o temas relacionados. De cualquier manera, puede contactarme si requiere alguna ayuda relacionada con sus necesidades lingüísticas. Igualmente, si desea que lo refiera a alguien, siéntase en libertad de comunicarse conmigo. Será un placer ayudarlo. ¡Esperamos trabajar con usted!
Quiero agradecer a Natalia Linares por la traducción de este texto hacia el español. Vive en Montreal, Quebec, y dedica una parte de su carrera a la traducción de textos y es consejera jurídica. Para leer el texto original, haga clic aquí.
¡OJO! Se usa la forma masculina para facilitar la lectura ¡y nada más!
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